NAVEGACIÓN VIKINGA
- GLEEK
- 2 nov 2016
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A mediados del siglo VIII después de Cristo, los pueblos vikingos, especialmente los rus, comenzaron su expansión hacia distintas zonas de Europa. El motivo que los empujo no está aún bien determinado, pero durante este avance, se sabe que establecieron relaciones comerciales con otros pueblos.
Los grupos nórdicos que se desplazaron hacia el este de Europa, hacia la zona de lo que hoy es Rusia, son a los que llamamos rus; este pueblo es mencionado en algunos escritos antiguos como comerciantes y mercenarios.
En sus inicios como un pequeño pueblo su supervivencia dependía de la agricultura, pero tal parece que en algún momento se dio una explosión demográfica que los empujo a la búsqueda de nuevas tierras y objetos con los cuales poder comerciar y otros más que les fueran útiles. Sus primeras expediciones se dieron por medio de la navegación, hacia Inglaterra a partir de 786, hacia el norte de la Galia a partir de 799 y lograron llegar a regiones tan lejanas como el norte de América alrededor del año 1000 d.C.
Pudieron llegar a través del rio Volga hasta el Mar Caspio, esta ruta los llevo al mundo árabe; y por el Rio Dniéper hasta el Mar Negro que los conecto con Bizancio, con ello pudieron establecer contacto con dos de los más importantes centros comerciales de la época: Constantinopla, capital del imperio bizantino y la ciudad de Bagdad, capital del Califato Abasí.
Alrededor de 839 llegaron a Bizancio, su aparición en los Annales Bertiniani nos da una idea aproximada de sus primeras expediciones a esta ciudad. Según cuenta esta fuente un grupo de rus de origen sueco fueron enviados con una embajada del emperador Teófilo, a la corte del rey Luis “el piadoso” a Ingelheim, pidiendo al rey Luis ayudara a los rus a regresar a su pueblo, puesto que estos no podían regresar por la misma ruta por la que había llegado. Esto se sustenta con la aparición en Escandinavia de ocho monedas con la imagen del emperador Teófilo.
Entre los objetos que obtenían de oriente se encuentran metales como el oro y la plata, lino, lana de camello y marfil. A cambio los rus vendían pieles de zorro, castor, marta y ardilla; además de objetos trabajados en metal como las espadas; los esclavos también formaban pare de este intercambio. Cabe destacar que estas relaciones comerciales se llevaban a cabo de manera formal, ya que los rus pagaban un impuesto del diez por ciento de la mercancía a los gobernantes tanto de Bizancio, como del Califato de Bagdad.
Sin embargo, no siempre utilizaban este tipo de economía. Su llegada a nuevas tierras también estaba acompañada de violentos saqueos a las ciudades y la toma de prisioneros para venderlos como esclavos, sobre esto el historiador de origen árabe Ibn Miskawayh describió la violenta toma de la ciudad de Bardha’a, en la cual “en algunos casos, un musulmán acordaba con un rus comprar su vida por una suma determinada, e iba con el rus a su casa o tienda. Cuando sacaba su riqueza, y resultaba ser más de la cantidad acordada, el rus no dejaba que se la quedara”.
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